miércoles, 5 de agosto de 2009

Menos movimiento, pero el mismo fervor en San CayetanoMenos movimiento, pero el mismo fervor en San Cayetano

Cada agosto, desde hace 22 años, Santo Maidana pide permiso para faltar a su trabajo y cumplirle la promesa a San Cayetano haciendo cola desde antes del 7 de agosto. Dice que a él le debe su trabajo como chofer de la línea 174 y la unión de su familia. Por eso no falta a la cita y tampoco llega con las manos vacías.

Maidana es uno entre tantos fieles que va a rezar pero también a dar ofrendas para los más carenciados. La parroquia de San Cayetano recibió en junio pasado 2073 paquetes de fideos, 700 bolsas de ropa, 1536 kilogramos de harina, entre otros, que se repartieron luego entre varias parroquias. En los días previos al 7 de agosto es cuando se reciben más ofrendas.

"Venir a San Cayetano significa agradecer, pedir y traer algo para otros," dice el párroco Gerardo Castellano, pero añade que la gente está trayendo menos porque tiene menos este año. El alza en los precios de los alimentos, de los servicios públicos, ha afectado el número de ofrendas que en otros años han llegado a sumar más de 45 toneladas de alimentos. Esta costumbre se ha venido practicando desde 1970, cuando el párroco de ese entonces invitó a los fieles a traer comida y ropa en vez de velas y flores para las víctimas de un terremoto que azotó al Perú.

Además de los problemas económicos, es posible que el miedo al contagio de la gripe AH1N1 ha hecho mella en la asistencia de peregrinos en las colas. El padre Castellano asegura que en la iglesia han tomado precauciones y desde las 0 horas del viernes tendrán disponibles dispensadores de alcohol en gel para que la gente lo utilice después de tocar el vidrio que protege a una de las figuras del santo.

"Este año hay menos gente en la cola", dice Jorge López, quien atiende una de los almacenes de santería frente a la iglesia, pero dice que hay que esperar a que llegue el 7 para ver qué va a pasar.

De todas maneras, se espera que partir de hoy comience a llegar más gente a la fila, que empezó hace 10 días con 3 o 4 carpas frente al estadio de Vélez y unas pocas que se han ubicado sobre el andén de la calle Amadeo Jacques, en el barrio porteño de Liniers.

Treinta agentes de la policía metropolitana han empezado a hacer turnos a partir de hoy. También han cerrado algunas de las calles aledañas al templo para asegurarse que todo esté tranquilo, dijo el oficial Fernández, quien está a cargo del patrullaje en la zona.

Fuente:Clarin

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