sábado, 13 de junio de 2009

Condenan a 15 años al cura Grassi por abuso

Por: Martín Sassone

Los jueces entraron a la sala de audiencias a las 14.22 y todos se pusieron de pie. El cura Julio César Grassi, que hasta ese momento había estado hablando con uno de sus abogados, se volvió a sentar, giró su silla y se irguió de cara al tribunal.

Toda la lectura duró 13 minutos y el cura se mantuvo inmutable, incluso hasta cuando escuchó que lo condenaban a 15 años de prisión. El fallo produjo un efecto curioso: dejó a todos con una sensación de dualidad. La fiscalía y la querella quedaron satisfechos por la condena, pero disgustados porque los jueces no ordenaron la detención del cura (lo harán sólo cuando el fallo quede firme) y le permitirán seguir yendo a la Fundación Felices Los Niños. La defensa, en cambio, se mostró molesta por el veredicto, pero esperanzada porque el tribunal dio por acreditado en el juicio sólo tres de los 17 hechos que le imputaban.

El calor adentro de la sala era insoportable y muchos de los presentes se abanicaban con hojas o libretas. Durante nueve meses el juicio se realizó a puertas cerradas en una sala del primer piso del edificio de Tribunales de Morón. Pero ayer el tribunal dejó entrar a unos 20 periodistas y a un puñado de allegados al cura, entre los que estaban uno de sus hermanos y el conductor de tevé Raúl Portal. Grassi llevaba lentes y estaba vestido con un saco oscuro, la camisa clerigman que usan los sacerdotes y una bufanda. Sólo habló con los periodistas que entraron a la sala cuando todo había terminado. "No me siento bien porque esto es una injusticia muy grande. Fue como si se hubiera declarado un empate, y el empate acá no va", dijo.

Frente a Grassi y sus abogados se sentaron los tres abogados querellantes, la presidenta del Comité Argentino de los Derechos del Niño, Estela de Carlotto, y el fiscal Alejandro Varela, quien había pedido una pena de 30 años de cárcel y la detención del cura. En un acto simbólico y de apoyo, acompañaron a Varela el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, y los dos fiscales que instruyeron la causa: Adrián Flores y Rita Bustamente.
Grassi fue acusado de 17 hechos. Once de ellos correspondían a "Luis" (diez por abuso sexual y uno por corrupción de menores); tres en perjuicio de "Ezequiel" (uno por abuso, uno por corrupción y uno por amenazas); y los tres restantes a "Gabriel" (dos por abuso y uno por corrupción). El Tribunal Oral 1 de Morón, por unanimidad, sólo lo encontró culpable por los hechos correspondientes a "Gabriel". Y lo absolvió por todo lo demás.

El testimonio de "Gabriel" fue el primero que se conoció públicamente, cuando Telenoche Investiga presentó un informe en octubre de 2002 en el que sostenía que el cura tenía una causa abierta por denuncias sobre abusos dentro de la Fundación Felices Los Niños.
"Gabriel" y "Luis" estuvieron dentro de la sala y escucharon el fallo, pero desde un sitio donde no se les podían ver las caras.

En la pena que le aplicaron a Grassi, los jueces Luis María Andueza, Mario Daniel Gómez y Jorge Eduardo Carrera consideraron como agravante la condición de sacerdote de Grassi, y que estaba a cargo de la educación y de la guarda de la víctima al momento de los abusos, que ocurrieron dentro de la Fundación en 1996, cuando "Gabriel" tenía sólo 13 años.
El juez Gómez consideró que "de acuerdo a la descripción de los hechos (...) resulta clara la orientación sexual de los tocamientos, beso en la boca y fellatio, por lo que el tema en trato no merece mayores comentarios". Y luego agregó: "Con respecto a la corrupción, evidentemente Grassi, para satisfacer sus bajos deseos, no trepidó en llevar adelante, con un menor de 13 años, conductas que -no podía ignorar-, eran aptas para desviar el normal desarrollo de su sexualidad". Los otros dos jueces adhirieron a su posición.

Los jueces no ordenaron la detención del cura, pero le impusieron una serie de restricciones:
Deberá presentarse el primer día hábil de cada mes ante el tribunal, mantener el domicilio fijado y no ausentarse de allí por más de 24 horas sin autorización.
No puede salir del país.

No puede ir solo a la Fundación. Tiene que designar un responsable para que lo acompañe.
No puede estar a solas con menores ni acercarse o mencionar públicamente a quienes lo denunciaron.

La querella, la fiscalía y la defensa anticiparon que van a apelar el fallo ante Casación. Los dos primeros apelarán la libertad del cura ante la Cámara de Morón.

Todo terminó a las 15.30. Afuera había decenas de seguidores del cura que se habían enfrentado con militantes de izquierda y esperaban su salida. Grassi apenas se asomó a una reja y los saludó con una mano. Enseguida partió raudo en una camioneta.

Fuente: Clarin.com

1 comentario:

Católica desilusionada dijo...

Nada por decir, que se pudra en el Infierno este PEDOFILO.

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